capítulo 0107: Comfort of strangers
Toda buena historia esta llena de historias del pasado... por tanto, este capítulo de su teleserie favorita es algo del pasado de este su pseudoprotagonista principal. Por medio de este capítulo creo que se entiende mas su personalidad y se van aclarando dudas sobre el mismo. Así como parte de su redención.
Los capítulos de flashbacks son utilizados para un conocimiento más completo del personaje en este caso nos sirve como distractor de la historia central de la temporada preparandonos para los cambios que seguirán rumbo al final de esta.
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Invierno de 1999...
Mis intenciones de ver a Víctor y su cargamento de ensoñación, quedaron momentáneamente interrumpidos. Rafael se deshizo de su amigo del balcón y sin perder tiempo para alguna otra situación pendeja que hiciera que me quedara con dolor de huevos, pues ya el alcohol me había puesto caliente decidido a metérsela a cualquier cosa que se dejara, lo persuadí para ir al acostumbrado hotel de la colonia Roma.
Al llegar nos asignaron la 'suite', pues curiosamente estaba lleno. La única diferencia con la vez anterior es que era 50 pesos más costoso, con alfombra desgastada y quemada por cigarros y con un baño limpio que tenia una tina llena de sarro. Empecé a acariciarlo mientras se estremecía como cualquier teibolera borracha que te llevas del Keops, algo verdaderamente hilarante. Le quite la playera, mordí y succione su espalda respondiendo el con leves quejidos, baje su pantalón para mordisquear sus glúteos y lamer su ano peludo y sudoroso. Después el hizo lo mismo conmigo. Acercaba su pene baboso en mi cavidad anal. Escupió mi coxis, resbalando su saliva entre mis nalgas. Empezó a meterme sus dedos. A estas alturas, completamente alcoholizados y yo con ganas de irme con Víctor pues al terminar con Rafael sabia que nada ocurriría y con el recuerdo concurrente de mi falta de ambiciones colgando en hilos perdidos de la infancia y que mi psiquiatra cree es la raíz de mi inestable estado emocional, me deje penetrar sin protección.
Debo aceptar que es mas placentero el bareback, quienes dicen que el sexo con condón es lo mismo, para mi es una mentira. No hay nada como sentir el glande entrar y salir, bajando y subiendo el prepucio si es que no están circuncidados, piel frotando en la parte final del intestino manchándose con heces fecales y sobre todo, lo agradable que es la cavidad caliente sin nada de por medio que disminuya la fricción en las terminales nerviosas del sexo. Terminó rápido, yo no lo hice.
Nos bañamos juntos. Por primera vez vi su cuerpo con todos sus detalles a la luz, pues Rafael tenia la costumbre de estar a oscuras solo con la televisión encendida, y de preferencia sintonizando el canal Venus. Pronto durmió. Yo miraba el video de One de U2, recordándome con Miguel en ese grandioso concierto, quien creo fué y es algo cercano a lo que llaman 'gran amor', planeando en conjunto un futuro predecible pero agradable, siendo yo siempre el que decidiera a donde ir, que tomar, donde coger y como vivir.
Pero solo era quizá de esos momentos en que el prozac deja de funcionar en el cuerpo esperando la siguiente dosis y viendo en retrospectiva ese camino recorrido a mis casi 19 años y que me echan en cara, como si fuera motivo de admiración o de lastima, como si eso me hubiera hecho mejor o peor, siendo que se nace visceral o emotivo, inteligente o tonto, cínico o mentiroso y que solo con el tiempo en mi caso voy aprendiendo a ser mas honesto, para que las bofetadas que reciba, se sientan mas suaves porque ya no te llegan de sorpresa.
Me levante despacio y saque de mi cartera un poco de coca, que coloque en mi uña del dedo meñique para poder aspirarla. Le envié un sms a Víctor quien estaba haciendo 'negocios' en un hotel atrás de plaza Meave, en el centro, diciéndole que iría para allá. La desagradable sensación metal de no haberme corrido, daba vueltas en mi cabeza proporcionado por el efecto del enervante. Me paré a un lado de la cama donde Rafael dormía y me masturbe compulsivamente. Mi semen cayó sobre el buró, la alfombra y un poco en su brazo.
Me trasladé a las oscuras calles del centro. Entré a un edificio por una estrecha puerta que pasaba inadvertida. Afuera no había un letrero que indicara que se trata de un hotel. El pasillo era largo y oscuro. Al ingresar, percibí de inmediato un olor a orines. En el primer piso había una cabina de cristal en donde cobraban el hospedaje. Pasé sin detenerme, pues ya sabía el número de habitación. El que estaba a cargo ni se inmutó. Entre al cuarto y me abrazó. Empezó a quitarme la ropa, él solo estaba en boxers. No pasó ni un minuto desde mi llegada y ya estabamos cogiendo sobre un colchón abultado por los viejos resortes y sabanas percudidas. Cuando terminamos, abrió el closet y saco de una vieja mochila los instrumentos necesarios para mi viaje que, si había suerte sería con regreso. Entre al baño a lavarme la cara, dejando la puerta abierta. Me recargué en la pared cubierta de azulejos llenos de sarro y cayéndose de viejos debido a un ligero mareo que sentía. Me sobé la entrepierna y le dije que viniera. Se puso en cuatro patas y empezó a arrastrarse por el piso, llegando a lamerme los pies, mientras yo contemplaba sus nalgas peludas y las huellas de cucarachas aplastadas por todos lados en el piso, dejando fluir solamente mis instintos y gozar la llegada de la momentánea amnesia. Observaba como chupaba mis dedos exclamando lo mucho que le gustaban mis pies y buscaba la vena donde me inyectaría. Inmediatamente despues de que entrara la sustancia, empecé a sentir paralizados mis brazos y mis piernas, junto a una leve contracción abdominal, el aire frío y tranquilizante entrando despacio por mi nariz como si fuera sólido y sentir los labios de Víctor que me sabían mucho mas agradables cuando lo etéreo disfrazado de color marrón se apodera del cuerpo para particionar el alma.
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Los capítulos de flashbacks son utilizados para un conocimiento más completo del personaje en este caso nos sirve como distractor de la historia central de la temporada preparandonos para los cambios que seguirán rumbo al final de esta.
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Invierno de 1999...
Mis intenciones de ver a Víctor y su cargamento de ensoñación, quedaron momentáneamente interrumpidos. Rafael se deshizo de su amigo del balcón y sin perder tiempo para alguna otra situación pendeja que hiciera que me quedara con dolor de huevos, pues ya el alcohol me había puesto caliente decidido a metérsela a cualquier cosa que se dejara, lo persuadí para ir al acostumbrado hotel de la colonia Roma.
Al llegar nos asignaron la 'suite', pues curiosamente estaba lleno. La única diferencia con la vez anterior es que era 50 pesos más costoso, con alfombra desgastada y quemada por cigarros y con un baño limpio que tenia una tina llena de sarro. Empecé a acariciarlo mientras se estremecía como cualquier teibolera borracha que te llevas del Keops, algo verdaderamente hilarante. Le quite la playera, mordí y succione su espalda respondiendo el con leves quejidos, baje su pantalón para mordisquear sus glúteos y lamer su ano peludo y sudoroso. Después el hizo lo mismo conmigo. Acercaba su pene baboso en mi cavidad anal. Escupió mi coxis, resbalando su saliva entre mis nalgas. Empezó a meterme sus dedos. A estas alturas, completamente alcoholizados y yo con ganas de irme con Víctor pues al terminar con Rafael sabia que nada ocurriría y con el recuerdo concurrente de mi falta de ambiciones colgando en hilos perdidos de la infancia y que mi psiquiatra cree es la raíz de mi inestable estado emocional, me deje penetrar sin protección.
Debo aceptar que es mas placentero el bareback, quienes dicen que el sexo con condón es lo mismo, para mi es una mentira. No hay nada como sentir el glande entrar y salir, bajando y subiendo el prepucio si es que no están circuncidados, piel frotando en la parte final del intestino manchándose con heces fecales y sobre todo, lo agradable que es la cavidad caliente sin nada de por medio que disminuya la fricción en las terminales nerviosas del sexo. Terminó rápido, yo no lo hice.
Nos bañamos juntos. Por primera vez vi su cuerpo con todos sus detalles a la luz, pues Rafael tenia la costumbre de estar a oscuras solo con la televisión encendida, y de preferencia sintonizando el canal Venus. Pronto durmió. Yo miraba el video de One de U2, recordándome con Miguel en ese grandioso concierto, quien creo fué y es algo cercano a lo que llaman 'gran amor', planeando en conjunto un futuro predecible pero agradable, siendo yo siempre el que decidiera a donde ir, que tomar, donde coger y como vivir.
Pero solo era quizá de esos momentos en que el prozac deja de funcionar en el cuerpo esperando la siguiente dosis y viendo en retrospectiva ese camino recorrido a mis casi 19 años y que me echan en cara, como si fuera motivo de admiración o de lastima, como si eso me hubiera hecho mejor o peor, siendo que se nace visceral o emotivo, inteligente o tonto, cínico o mentiroso y que solo con el tiempo en mi caso voy aprendiendo a ser mas honesto, para que las bofetadas que reciba, se sientan mas suaves porque ya no te llegan de sorpresa.
Me levante despacio y saque de mi cartera un poco de coca, que coloque en mi uña del dedo meñique para poder aspirarla. Le envié un sms a Víctor quien estaba haciendo 'negocios' en un hotel atrás de plaza Meave, en el centro, diciéndole que iría para allá. La desagradable sensación metal de no haberme corrido, daba vueltas en mi cabeza proporcionado por el efecto del enervante. Me paré a un lado de la cama donde Rafael dormía y me masturbe compulsivamente. Mi semen cayó sobre el buró, la alfombra y un poco en su brazo.
Me trasladé a las oscuras calles del centro. Entré a un edificio por una estrecha puerta que pasaba inadvertida. Afuera no había un letrero que indicara que se trata de un hotel. El pasillo era largo y oscuro. Al ingresar, percibí de inmediato un olor a orines. En el primer piso había una cabina de cristal en donde cobraban el hospedaje. Pasé sin detenerme, pues ya sabía el número de habitación. El que estaba a cargo ni se inmutó. Entre al cuarto y me abrazó. Empezó a quitarme la ropa, él solo estaba en boxers. No pasó ni un minuto desde mi llegada y ya estabamos cogiendo sobre un colchón abultado por los viejos resortes y sabanas percudidas. Cuando terminamos, abrió el closet y saco de una vieja mochila los instrumentos necesarios para mi viaje que, si había suerte sería con regreso. Entre al baño a lavarme la cara, dejando la puerta abierta. Me recargué en la pared cubierta de azulejos llenos de sarro y cayéndose de viejos debido a un ligero mareo que sentía. Me sobé la entrepierna y le dije que viniera. Se puso en cuatro patas y empezó a arrastrarse por el piso, llegando a lamerme los pies, mientras yo contemplaba sus nalgas peludas y las huellas de cucarachas aplastadas por todos lados en el piso, dejando fluir solamente mis instintos y gozar la llegada de la momentánea amnesia. Observaba como chupaba mis dedos exclamando lo mucho que le gustaban mis pies y buscaba la vena donde me inyectaría. Inmediatamente despues de que entrara la sustancia, empecé a sentir paralizados mis brazos y mis piernas, junto a una leve contracción abdominal, el aire frío y tranquilizante entrando despacio por mi nariz como si fuera sólido y sentir los labios de Víctor que me sabían mucho mas agradables cuando lo etéreo disfrazado de color marrón se apodera del cuerpo para particionar el alma.
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