capítulo 0108: Rehabilitación 1a. parte
Invierno del 2000...
Cerró sus ojos. Senti como su esfinter apretaba la cabeza de mi pene, al mismo tiempo que yo apretaba su cuello. Hubo un momento en que dejo de respirar. Su semen salió con mucha fuerza, no muy abundante pero si lo suficiente para alcanzar mi antebrazo. El liquido escurria lentamente sobre la superficie cutanea que cubria mi carne, mis venas. Quizá buscando alguna cavidad por donde volver adentro buscando no dejar de ser.
Roy abrio los ojos y volvio a respirar. Yo segui empujando mi pelvis, mas lento, pausado, mientras besaba sus pies que posaban sobre mis hombros. Senti que el momento llegaba y me corri dentro. Me acerque a su cara y lo bese. Ambos estabamos sudorosos y satisfechos. Baje por su abdomen y lami los restos de su semen. Segui mas abajo hasta llegar a la cavidad anal, la cual, como animal que por instinto brinda cariño, trate de aliviar con mi lengua humeda y viscosa, aquel orificio lastimado y resbaloso. Se incorporo y metio en su boca mi pene aun erecto, provocandome cierto dolor y placer a la vez. Despues nos abrazamos y nos quedamos asi un tiempo.
Nos metimos al cuarto de vapor. Empezo a reirse y le pregunte la razon. Me dijo que, aunque sabia de mi preferencia, me veia distante y en cierta forma, se impuso el reto de tener algo conmigo y la manera de conseguirlo. Acepto que lo del gimnasio no era parte del plan pero que lo disfruto. Despues, empezo a contarme sus encuentros sexuales con otras personas de ese lugar. Lo hacia tan indiferente, tan frio, que senti que no era el mismo con el que hasta hace poco habia estado. Tambien empece a reir y supe, en cierta forma, que al igual que muchas personas, los retos para el son para aliviar alguna herida a su autoestima provocada en algun momento de su vida. Tal vez ni siquiera le gusté, simplemente, era la carnada del mes, o de la semana, o del dia.
Aun asi, seguimos teniendo encuentros. Me habia prometido a mi mismo solo disfrutar sin tomar nada mas en cuenta, ni siquiera considerarlo como amigo, porque eso me haria daño. Algunas veces lo haciamos en su cuarto, otras en la biblioteca y las mas en el cuarto de vapor del pequeño gimnasio.
Un dia llegue al cuarto a una hora a la que generalmente no llegaria y Jahaziel habia movido la cabecera. Estaba tan ensimismado que no me escucho entrar. Para sorprenderlo, brinque a su cama y me asome a donde estaba, preguntandole que hacia. Volteo sorprendido y furioso. Yo quede mudo al ver que estaba dibujando una puerta con gises y tenia las revistas que yo habia llevado cerca de el. Le pregunte si le gustaban, refiriendome a las revistas, pensando quiza, que podria encontrar otra persona con quien tener sexo, pues ya Roy empezaba a aburrirme. Se levanto y me grito que me bajara de su cama. Su cara, generalmente escondida entre esos cabellos lacios y desarreglados, nuevamente se mostraba, pero ahora con un gesto de furia que jamas le habia visto a alguien anteriormente.
Me dijo que yo era un desperdicio humano, alguien que deja de tener valor porque se disuelve en el deseo por tener sexo. Que le daba asco y que algun escaparia de mi, como ya habia escapado de otros. En ese momento estaba muy cerca, pude oler su aliento, que no era normal, pues todo el tiempo estaba cargado de farmacos. Me asuste. Muchas veces he pensado en el suicidio. Uno se harta de ese ciclo de recuperacion-recaida, sim embargo, no se es lo suficientemente valiente como para aceptar el dolor de una muerte lenta y agresiva, como la que imagine podria tener en manos de Jahaziel.
Pero quiza tanto antidepresivo y demas cocteles de medicinas psiquicas me hizo volver a recuperar esa agresividad que habia logrado controlar. Tome aire y lo empuje. Jahaziel a pesar de ser mas alto, era muy delgado. Cayo sobre su cama. Me le lance encima y lo agarre del cuello. Le dije que ya estaba harto de su comportamiento conmigo. Que definitivamente el y yo no podiamos convivir, pero que no nos quedaba otro remedio. Y que si volvia a cuestionarme, o tomar mis revistas, o cualquier otra cosa que tuviera que ver conmigo, lo iba a moler a golpes. No se que cara puse, pero lo asuste. Solo respondio que su hermandad sufi lo protegia. Le dije que a su hermandad sufi me valia madre, y si de sectas se trata, facilmente podria entrar a una en donde odien todo lo relativo al islam y si esto le habia parecido cualquier cosa, que yo conseguiria la forma de que conociera el odio hacia la gente como el. Le escupi la cara. El se quedo quieto, mientras mi saliva corria sobre su nariz y sus ojos se empezaban a nublar.
...
Cerró sus ojos. Senti como su esfinter apretaba la cabeza de mi pene, al mismo tiempo que yo apretaba su cuello. Hubo un momento en que dejo de respirar. Su semen salió con mucha fuerza, no muy abundante pero si lo suficiente para alcanzar mi antebrazo. El liquido escurria lentamente sobre la superficie cutanea que cubria mi carne, mis venas. Quizá buscando alguna cavidad por donde volver adentro buscando no dejar de ser.
Roy abrio los ojos y volvio a respirar. Yo segui empujando mi pelvis, mas lento, pausado, mientras besaba sus pies que posaban sobre mis hombros. Senti que el momento llegaba y me corri dentro. Me acerque a su cara y lo bese. Ambos estabamos sudorosos y satisfechos. Baje por su abdomen y lami los restos de su semen. Segui mas abajo hasta llegar a la cavidad anal, la cual, como animal que por instinto brinda cariño, trate de aliviar con mi lengua humeda y viscosa, aquel orificio lastimado y resbaloso. Se incorporo y metio en su boca mi pene aun erecto, provocandome cierto dolor y placer a la vez. Despues nos abrazamos y nos quedamos asi un tiempo.
Nos metimos al cuarto de vapor. Empezo a reirse y le pregunte la razon. Me dijo que, aunque sabia de mi preferencia, me veia distante y en cierta forma, se impuso el reto de tener algo conmigo y la manera de conseguirlo. Acepto que lo del gimnasio no era parte del plan pero que lo disfruto. Despues, empezo a contarme sus encuentros sexuales con otras personas de ese lugar. Lo hacia tan indiferente, tan frio, que senti que no era el mismo con el que hasta hace poco habia estado. Tambien empece a reir y supe, en cierta forma, que al igual que muchas personas, los retos para el son para aliviar alguna herida a su autoestima provocada en algun momento de su vida. Tal vez ni siquiera le gusté, simplemente, era la carnada del mes, o de la semana, o del dia.
Aun asi, seguimos teniendo encuentros. Me habia prometido a mi mismo solo disfrutar sin tomar nada mas en cuenta, ni siquiera considerarlo como amigo, porque eso me haria daño. Algunas veces lo haciamos en su cuarto, otras en la biblioteca y las mas en el cuarto de vapor del pequeño gimnasio.
Un dia llegue al cuarto a una hora a la que generalmente no llegaria y Jahaziel habia movido la cabecera. Estaba tan ensimismado que no me escucho entrar. Para sorprenderlo, brinque a su cama y me asome a donde estaba, preguntandole que hacia. Volteo sorprendido y furioso. Yo quede mudo al ver que estaba dibujando una puerta con gises y tenia las revistas que yo habia llevado cerca de el. Le pregunte si le gustaban, refiriendome a las revistas, pensando quiza, que podria encontrar otra persona con quien tener sexo, pues ya Roy empezaba a aburrirme. Se levanto y me grito que me bajara de su cama. Su cara, generalmente escondida entre esos cabellos lacios y desarreglados, nuevamente se mostraba, pero ahora con un gesto de furia que jamas le habia visto a alguien anteriormente.
Me dijo que yo era un desperdicio humano, alguien que deja de tener valor porque se disuelve en el deseo por tener sexo. Que le daba asco y que algun escaparia de mi, como ya habia escapado de otros. En ese momento estaba muy cerca, pude oler su aliento, que no era normal, pues todo el tiempo estaba cargado de farmacos. Me asuste. Muchas veces he pensado en el suicidio. Uno se harta de ese ciclo de recuperacion-recaida, sim embargo, no se es lo suficientemente valiente como para aceptar el dolor de una muerte lenta y agresiva, como la que imagine podria tener en manos de Jahaziel.
Pero quiza tanto antidepresivo y demas cocteles de medicinas psiquicas me hizo volver a recuperar esa agresividad que habia logrado controlar. Tome aire y lo empuje. Jahaziel a pesar de ser mas alto, era muy delgado. Cayo sobre su cama. Me le lance encima y lo agarre del cuello. Le dije que ya estaba harto de su comportamiento conmigo. Que definitivamente el y yo no podiamos convivir, pero que no nos quedaba otro remedio. Y que si volvia a cuestionarme, o tomar mis revistas, o cualquier otra cosa que tuviera que ver conmigo, lo iba a moler a golpes. No se que cara puse, pero lo asuste. Solo respondio que su hermandad sufi lo protegia. Le dije que a su hermandad sufi me valia madre, y si de sectas se trata, facilmente podria entrar a una en donde odien todo lo relativo al islam y si esto le habia parecido cualquier cosa, que yo conseguiria la forma de que conociera el odio hacia la gente como el. Le escupi la cara. El se quedo quieto, mientras mi saliva corria sobre su nariz y sus ojos se empezaban a nublar.
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9:44 AM
Hay demasiadas cosas que jamás llegas a saber de las personas que te rodean. Sin duda eres una de esas personas que por más que hayan vivido logras seguir adelante de cualquier situación y eso me agrada de tí.
Pero Dios mio, ¿cómo es qu has podido soportar tanto? Sabes que cualquier cosa en la que pueda ayudarte estoy aquí. top