capítulo 0117: simple kind of life
Bueno... faltan unos días para el cumple de Vic, otros tantos más para el de Yoko y muchos más para el mio...
No he podido cobrar por el trabajo para SEDESOL, acaba de entrar una diseñadora nueva con plaza y con un sueldo mucho mayor al mio, mi compañero Miguel se ha divorciado, sus peces se murieron, sus plantas se secaron y su perrita a quien quería como una hija acaba de morir a manos de un boxer.
Bety es asediada por tremendos chacales que no son de buen ver y de buenas intenciones ni siquiera de buenas costumbres.... ayayayaay me salió lo moralino.
Lalo esta superasediado por las tareas, por los maestros, por el cansancio, por el sueño atrasado.
Los días han pasado, no he tenido la molestía de hacerme los análisis que me causan tanto temor, me deje llevar por la euforía de la juventud y me deje conquistar por un niño de 17 anõs que es la imagen de mi juventud. Su boca está llena de palabras astutas, respuestas rebuscadas, retórica y siempre tratando de salirse con la suya, argumentando, hablando, no paraba de hablar, no paraba hasta que nos besamos, nos desnudamos, nos tocamos, nos penetramos. Senti su pene en mi boca, su liquido preseminal comenzaba a salir y mis dientes rodeaban su cabeza. Era una bestia atrapada en una jaula, una tibia jaula de la que no parecía querer salir. El hotel no era lujoso, no era barato, tenía espejos, radio y cable, un jacuzzi con masaje y servicio a la habitación.
En el piso había dos paquetes de condones, Sico extra sensitive, la ropa estaba regada por todo el lugar, había botellas de cerveza en el piso y una de vodka. en la comoda las carteras sangraban las cuentas, ambas.
Probé de nuevo la coca y el speed, pensé que ya no estaban de moda. Olvidé lo fácil que son de conseguir, te diriges al lugar prestas tu meñique y pruebas una, te rolan el mini frasco de vidrio e inhalas. Si pasan la prueba las compras y te dispones a disfrutar. Esta vez creo que el goce realmente no fue el goce, la diversi´øn se acabó, las imagenes se aglutinaron en mi mente, losmsonidos se ditorsinaban, todo se movía, duraba sin eyacular demasiado, eso era conveniente. Pero también exageramos, nos empujamos, mi brazó golpeo con la comoda, su cara tocó el piso mientras sostenía sus brazos en su espalda, la energía se desbordaba, susu ojos eran vagos pero su boca pedía más. Me vi aventado a la cama y amarrado con las cobijas, lo disfrutaba, mi emoci´øn estaba siendo sudada por mis poros, con su boca rindió una felaci´øn enérgica, sus dientes me hicieron sangrar un poco. Un condón más y de nuevo lo ví montado sobre mi, ahora de frente...
Al salir, caminamos silenciosos. La euforia y la buena velada habían quedado atrás. Un roce de su mano sobre mi espalda hubiera bastado para prolongar esa placentera ocasión.Ya en su coche, me pregunto a donde me llevaba. Yo solo reí. Propuso ir a su casa. Mi excusa para aceptar fue la adrenalina, la realidad, ocho rayas de coca aspiradas en lel cuarto. Recargué mi cabeza sobre la ventana. Mi aliento opacaba la visibilidad, formando figuras extrañas que nos representaban a ambos en un momento donde no habría tiempo, ni planes, ni pasado, tan solo nuestros cuerpos desnudos que se habían explorado hasta la saciedad y que tal vez, nos faltaba mucho por descubrir y que tal vez no descubririamos... in fact, no creo desear seguir conociéndolo.
No he podido cobrar por el trabajo para SEDESOL, acaba de entrar una diseñadora nueva con plaza y con un sueldo mucho mayor al mio, mi compañero Miguel se ha divorciado, sus peces se murieron, sus plantas se secaron y su perrita a quien quería como una hija acaba de morir a manos de un boxer.
Bety es asediada por tremendos chacales que no son de buen ver y de buenas intenciones ni siquiera de buenas costumbres.... ayayayaay me salió lo moralino.
Lalo esta superasediado por las tareas, por los maestros, por el cansancio, por el sueño atrasado.
Los días han pasado, no he tenido la molestía de hacerme los análisis que me causan tanto temor, me deje llevar por la euforía de la juventud y me deje conquistar por un niño de 17 anõs que es la imagen de mi juventud. Su boca está llena de palabras astutas, respuestas rebuscadas, retórica y siempre tratando de salirse con la suya, argumentando, hablando, no paraba de hablar, no paraba hasta que nos besamos, nos desnudamos, nos tocamos, nos penetramos. Senti su pene en mi boca, su liquido preseminal comenzaba a salir y mis dientes rodeaban su cabeza. Era una bestia atrapada en una jaula, una tibia jaula de la que no parecía querer salir. El hotel no era lujoso, no era barato, tenía espejos, radio y cable, un jacuzzi con masaje y servicio a la habitación.
En el piso había dos paquetes de condones, Sico extra sensitive, la ropa estaba regada por todo el lugar, había botellas de cerveza en el piso y una de vodka. en la comoda las carteras sangraban las cuentas, ambas.
Probé de nuevo la coca y el speed, pensé que ya no estaban de moda. Olvidé lo fácil que son de conseguir, te diriges al lugar prestas tu meñique y pruebas una, te rolan el mini frasco de vidrio e inhalas. Si pasan la prueba las compras y te dispones a disfrutar. Esta vez creo que el goce realmente no fue el goce, la diversi´øn se acabó, las imagenes se aglutinaron en mi mente, losmsonidos se ditorsinaban, todo se movía, duraba sin eyacular demasiado, eso era conveniente. Pero también exageramos, nos empujamos, mi brazó golpeo con la comoda, su cara tocó el piso mientras sostenía sus brazos en su espalda, la energía se desbordaba, susu ojos eran vagos pero su boca pedía más. Me vi aventado a la cama y amarrado con las cobijas, lo disfrutaba, mi emoci´øn estaba siendo sudada por mis poros, con su boca rindió una felaci´øn enérgica, sus dientes me hicieron sangrar un poco. Un condón más y de nuevo lo ví montado sobre mi, ahora de frente...
Al salir, caminamos silenciosos. La euforia y la buena velada habían quedado atrás. Un roce de su mano sobre mi espalda hubiera bastado para prolongar esa placentera ocasión.Ya en su coche, me pregunto a donde me llevaba. Yo solo reí. Propuso ir a su casa. Mi excusa para aceptar fue la adrenalina, la realidad, ocho rayas de coca aspiradas en lel cuarto. Recargué mi cabeza sobre la ventana. Mi aliento opacaba la visibilidad, formando figuras extrañas que nos representaban a ambos en un momento donde no habría tiempo, ni planes, ni pasado, tan solo nuestros cuerpos desnudos que se habían explorado hasta la saciedad y que tal vez, nos faltaba mucho por descubrir y que tal vez no descubririamos... in fact, no creo desear seguir conociéndolo.